El primer vicepresidente de Copei en Anzoátegui, Efraín Méndez, le exigió al gobierno regional mayor inversión en materia de servicio públicos.
El dirigente demócrata cristiano aseveró que la Gobernación no destina suficientes recursos para atender la grave situación de escasez de agua potable en gran parte de la región, tampoco procura soluciones ante el mal estado de la red de aguas servidas y menos atiende la problemática en materia de vialidad dentro de las áreas populares anzoatiguenses.
Méndez recordó que hace unos días el gobernador Luis Marcano reconoció que su despacho recibe por recaudación de impuestos regionales la suma de 350 mil dólares mensuales, más unos 50 mil dólares mediante la Corporación de Minas y sumado a todo esto, medio millón de dólares más que se obtienen a través de la red de peajes de la entidad.
“Marcano de su propia boca nos dijo que su gobierno maneja alrededor de un millón de dólares mensuales, y aquí cabe preguntarnos, cómo dijo Luis Herrera Campins, ¿dónde están los reales?”, afirmó.
Méndez pidió al ejecutivo regional abordar con más seriedad la situación en materia de agua potable, debido a que la escasez del preciado líquido es un dolor de cabeza en Barcelona, Puerto La Cruz, Anaco, Píritu, Puerto Píritu y gran parte de la entidad.
“Señor gobernador si usted tiene a disposición semejante cifra gracias al Sistema de Administración Tributaria, a CorpoMinas y a los peajes, entonces haga más por el estado; ya no puede ponernos como excusa que no tiene la plata, porque según usted mismo sí tiene y bastante”, sentenció.
El copeyano le exigió al gobierno estadal invertir en asfaltado, no solo en las vías principales sino dentro de las comunidades populares y dejar de hacer un gobierno de “fachada y pinturita”.
miércoles, 8 de febrero de 2023
martes, 7 de febrero de 2023
¡Trabajo duro! Por Williams Caballero
Lo he dicho en otros artículos, y creo que es necesario repetirlo en éste: Venezuela necesita del trabajo duro de todos los venezolanos.
Los venezolanos ya sean obreros, profesionales dentro de alguna empresa o en el libre ejercicio de su profesión, emprendedores o comerciantes, todos tienen la responsabilidad de salir día a día, no solo a satisfacer sus necesidades personales sino en contribuir al desarrollo del país.
Más allá de la conflictividad política, cada venezolano debe aportar un granito de arena de productividad para que el país salga adelante, y con él todos y cada uno de los venezolanos que habitamos dentro de sus fronteras.
El esfuerzo debe ser de todos y cada uno de quienes forman parte de la fuerza laboral, y aunado a ellos, debe tener el empuje y el trabajo duro de empresarios, inversionistas e industriales.
Pues, necesitamos de hombres y mujeres que confíen sus capitales para el desarrollo del país, generándole dividendos a ellos y prosperidad para toda la nación.
Necesitamos de empresarios que inviertan en el país, que confíen en las potencialidades de Venezuela, que destinen sus esfuerzos, sus recursos y su visión empresarial para el bien de Venezuela y el suyo propio.
Pues, en medio de una economía sana ganamos todos. Gana el trabajador que obtiene mejores sueldos por sus esfuerzos, dedicación y responsabilidad; gana el empresario y emprendedor por su constancia, su visión de negocio y su confianza, y gana el Estado nacional porque este ambiente de trabajo pleno generará estabilidad económica.
Y, a la par de estos dos sectores (trabajadores y empresarios) necesitamos un gobierno que marche al mismo ritmo y al mismo compás, es decir, un poder ejecutivo que trabaje duro por crear condiciones jurídicas, políticas y económicas aptas para el crecimiento de la economía.
Necesitamos que el Gobierno nacional trabaje en crear herramientas que se enfoquen en crear confianza entre los inversionistas y empresarios, que le den seguridad laboral a millones de trabajadores de Venezuela.
Necesitamos que Miraflores aplique políticas de apertura, de empatía y de entendimiento con el sector privado; construyendo una relación ganar-ganar por el bien de Venezuela y de todos los venezolanos.
En medio de esta tripartida de esfuerzo común lograremos que Venezuela resurja de su estancamiento, lograremos vivir una primavera económica que se represente en bienestar para todos los venezolanos.
En lo personal quiero un país donde los empresarios sean cada vez más grandes, donde los trabajadores vivan cada vez mejor y con una enorme calidad de vida y quiero un Estado que tenga capacidad – a través de los impuestos justos que recaude de la productividad de los empresarios y de la movilidad económica de una población con poder adquisitivo –; este sueño es realizable si todos trabajamos duro por alcanzarlo.
¡Se tenía que decir y se dijo!
Los venezolanos ya sean obreros, profesionales dentro de alguna empresa o en el libre ejercicio de su profesión, emprendedores o comerciantes, todos tienen la responsabilidad de salir día a día, no solo a satisfacer sus necesidades personales sino en contribuir al desarrollo del país.
Más allá de la conflictividad política, cada venezolano debe aportar un granito de arena de productividad para que el país salga adelante, y con él todos y cada uno de los venezolanos que habitamos dentro de sus fronteras.
El esfuerzo debe ser de todos y cada uno de quienes forman parte de la fuerza laboral, y aunado a ellos, debe tener el empuje y el trabajo duro de empresarios, inversionistas e industriales.
Pues, necesitamos de hombres y mujeres que confíen sus capitales para el desarrollo del país, generándole dividendos a ellos y prosperidad para toda la nación.
Necesitamos de empresarios que inviertan en el país, que confíen en las potencialidades de Venezuela, que destinen sus esfuerzos, sus recursos y su visión empresarial para el bien de Venezuela y el suyo propio.
Pues, en medio de una economía sana ganamos todos. Gana el trabajador que obtiene mejores sueldos por sus esfuerzos, dedicación y responsabilidad; gana el empresario y emprendedor por su constancia, su visión de negocio y su confianza, y gana el Estado nacional porque este ambiente de trabajo pleno generará estabilidad económica.
Y, a la par de estos dos sectores (trabajadores y empresarios) necesitamos un gobierno que marche al mismo ritmo y al mismo compás, es decir, un poder ejecutivo que trabaje duro por crear condiciones jurídicas, políticas y económicas aptas para el crecimiento de la economía.
Necesitamos que el Gobierno nacional trabaje en crear herramientas que se enfoquen en crear confianza entre los inversionistas y empresarios, que le den seguridad laboral a millones de trabajadores de Venezuela.
Necesitamos que Miraflores aplique políticas de apertura, de empatía y de entendimiento con el sector privado; construyendo una relación ganar-ganar por el bien de Venezuela y de todos los venezolanos.
En medio de esta tripartida de esfuerzo común lograremos que Venezuela resurja de su estancamiento, lograremos vivir una primavera económica que se represente en bienestar para todos los venezolanos.
En lo personal quiero un país donde los empresarios sean cada vez más grandes, donde los trabajadores vivan cada vez mejor y con una enorme calidad de vida y quiero un Estado que tenga capacidad – a través de los impuestos justos que recaude de la productividad de los empresarios y de la movilidad económica de una población con poder adquisitivo –; este sueño es realizable si todos trabajamos duro por alcanzarlo.
¡Se tenía que decir y se dijo!
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