viernes, 6 de enero de 2023

Atención, atención (por Williams Caballero)

Es emocionante, para quienes amamos el turismo y la economía, ver de nuevo en el muelle de El Guamache un barco de crucero europeo y bajando de él casi 500 pasajeros.

La alegría está enmarcada en el significado de este hecho, pues con este primer crucero puede iniciarse una verdadera recuperación del turismo en la Isla de Margarita, podemos ver una reactivación económica en el estado Nueva Esparta y con ello más puestos de trabajo y mayor calidad de vida para los margariteños.

Sin embargo, esta buena noticia necesita de la colaboración de todos para que sea permanente y no una alegría fugaz; quisiera recordarles a todos los prestadores de servicios turísticos (transporte, restaurantes, hospedaje, y más) que con los pasajeros también bajaron a tierra la tripulación.

Y ¿por qué hago hincapié en la tripulación? Pues, los navegantes bajan a observar el trato que los nativos le dan a los turistas; se bajan a monitorear los servicios que se prestan, la calidad de los alimentos y el bienestar y confort que se garantizan en la Isla como destino turístico.

Quienes ejercen algún tipo de acción turística deben entender que debemos enamorar al visitante, atraparlo con amabilidad, cortesía, chispa y mucha mano zurda. O, de lo contrario, esos buques no volverán más.

Debemos evitar que pasen otros 15 años sin turismo en Venezuela; debemos ser competitivos ante Aruba, Curazao, Bonaire, Martinique y las demás islas del Caribe; debemos ofrecer una experiencia placentera para aquellos que lleguen hasta las costas venezolanas.

El país – y sobre todo la isla de Margarita – debe ser un anclaje de buena atención, debido a que esto es la única forma de terminar de cautivar a los temporadistas y afianzarnos como un destino seguro, agradable y bueno para que los barcos de cruceros vuelvan hacer paradas en el país.

Venezuela aún carece de una cultura de atención, no obstante no tenemos tiempo de crear una política en este sentido, es por ello que debemos optar y contar con la sensatez, inteligencia y sentido común de los prestadores de servicio actuales, y a la par ir trabajando en un proceso de identidad con relación a la atención al cliente turístico.

Espero que este crucero no sea el último y que las empresas navieras de turismo sigan manteniendo a Venezuela como una de sus paradas en sus travesías por el Caribe, pues esta es la única forma que tenemos para reactivar el turismo y fomentar la inversión privada en este ramo.

Si logramos que los cruceros paren en Venezuela, si mejoramos la conexión aérea, si vendemos todas las bondades naturales que poseemos como nación y a la vez generamos condiciones de servicios óptimas. Así, y solo así, seremos un destino turístico que compita en el mercado.

Dios nos dio las bellezas naturales, ahora depende de nosotros ser nuevos anfitriones y darle una momento inolvidable a los visitantes.

P.D: Las autoridades deben implementar sanciones muy duras a los delincuentes que atraquen a quienes nos visitan, no solo por el delito cometido sino por afectar la imagen y la economía nacional.

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