La permanencia de Nicolás Maduro
en el Palacio de Miraflores no es un problema solo de Venezuela o de los
venezolanos, sino que se transformó en una situación que perjudica a todo el
continente y que posee efectos negativos en toda América Latina.
A través de Twitter, el
presidente del Partido CREO en Ecuador, Juan Fernando Flores, denunció
públicamente que Rafael Correa, el cuestionado exjefe de Estado ecuatoriano,
está detrás de la desestabilización política de aquella nación, y señaló que
este triste personaje está operando desde Venezuela y con el financiamiento de
Maduro.
Flores, sin pepitas en la lengua,
escribió en su cuenta @juanflores18: “Alertamos al #Ecuador, al pueblo
venezolano y la comunidad internacional que Rafael Correa y sus esbirros, se encuentran
operando los ataques en contra de nuestra democracia desde #Venezuela, en la
ciudad de Barquisimeto (Edo. Lara)”.
Y agregó que Rafael Correa “tiene previsto movilizarse para la ciudad de
#Barinas y posteriormente a #Falcón, desde donde articulan los ataques, todo
desde #Venezuela. ¡Alertamos al Presidente @jguaido
y @Lenin, así como a la comunidad internacional de este importante
hecho!”.
No se trata de denuncias de
políticos que buscan centimetraje en la prensa y minutos en televisión, sino que
el mismo presidente del Ecuador, Lenin Moreno denunció el “golpe de Estado” que
se intenta fraguar desde Venezuela, a través de la alianza Correa-Maduro.
Como se puede ver la influencia y
la acción negativa de la usurpación venezolana no se limitan a la geografía
nacional, sino que tiene un alcance perjudicial a todo el continente. Y no solo
se trata de Ecuador, es altamente sabido que en Argentina, Nicolás Maduro
también mueve sus hilos para evitar la reelección de Mauricio Macri y
garantizar el retorno de la izquierda peronista, esta vez con Alberto Fernández,
quien ya anunció que de obtener, en mala hora, la presidencia de la nación
austral abandonaría el Grupo de Lima.
Ante esta situación, todos los
demócratas del mundo, y sobre toda de Latinoamérica, tienen que poner su centro
de atención en lo que ocurre en Venezuela, ya que al cesar la usurpación
venezolana se avanzará en la estabilización de la región, y la merma de la
perturbación política, social y económica que significa Nicolás Maduro y todo aquel
que piense como él al frente de los destinos de Venezuela.
El cese de la usurpación no es la
vía solamente para los venezolanos, sino que es la opción que el mundo
democrático tiene que apoyar. Mientras más tiempo dure la usurpación más
conflicto existirá en todo el continente, porque el objetivo de la dictadura
Cubana, verdadero eje de acción de los totalitarios del continente y que usa a
Venezuela como punta de lanza y como teatro de operaciones, es el de generar
caos en América.
Es hora que la amenaza
continental representada por Nicolás Maduro y por el régimen de la Habana sea
detenida de una vez por todas. Es hora que las democracias americanas entiendan
que nos debemos proteger entre nosotros
mismos.
La lucha que encabeza el
presidente legítimo de Venezuela, Juan Guaidó, tienen que ser apoyada por todos
los venezolanos y por todos los defensores de la libertad desde La Patagonia
hasta Canadá.
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