Opinión-. Es
sumamente preocupante como en las últimas semanas se ha registrado un repunte
considerable de casos de Covid-19 en toda Venezuela. Este es un hecho que nos
debe llamar a la reflexión a todos los venezolanos, más allá de distingo de
pensamiento o colores políticos.
La salud de los venezolanos
debe ser la prioridad, no como una frase vacía dicha para rellenar titulares o
mensajes por las Redes Sociales, sino como un
real compromiso de quienes gobernamos, y de cada uno de los ciudadanos.
La flexibilización de la cuarentena,
aunque era necesaria por la asfixia que sentían millones de hogares por la
improductividad y la escasez de víveres, también ha sido un trampolín desde
donde se impulsó el virus para abrirse camino en nuestra sociedad.
No me queda espacio para la duda,
los venezolanos deben guardar el distanciamiento social y quedarse el mayor
tiempo posible en sus casas para evitar el contagio del Coronavirus; sin
embargo, esta medida debe estar acompañada por una real acción solidaria por
parte del Estado.
Y no me refiero a las Cajas o
Bolsas Clap que llegan una vez a la cuaresma, sino de una real política de
apoyo a la población aislada, para que
no se vea en la obligación o en la necesidad de salir a la calle para buscar comida
cuando sus neveras quedan vacías.
A Venezuela le urge un plan
de asistencia social que abarque alimentos de calidad y de cantidad
suficientes; a Venezuela le hace falta que el Estado garantice, en medio de la
cuarentena y la pandemia, el apoyo a los ciudadano en materia alimentaria y de
salud.
No basta con la comida, se
debería hacer un censo para determinar e identificar a los pacientes
hipertensos, diabéticos, renales, cardiópatas y más y hacerles llegar sus
tratamientos a sus hogares. Por ejemplo: Hace unas semanas un enfermo renal falleció
en una cola para surtir gasolina porque en ese momento quienes mantenían el
control de las Estaciones de Servicios exigían la presencia del paciente en la
cola, una medida inhumana y criminal.
Y, ¿cómo se podría
materializar esta idea? Primero realizando un acuerdo con el sector privado,
que el Estado establezca un medio de compra de alimentos y medicamentos a los
productores y/o distribuidores de estos rubros y distribuirlo, no a través del
carnet de la patria que no es un mecanismo amplio, sino a través de un Registro
Único Nacional basado en la cédula de identidad de cada venezolano.
Esta es la única forma de
hacer converger la salud pública con el bienestar individual de cada hogar
venezolano. Si no se aplica éste método, que presento en estas líneas, o algún
otro similar, entonces los venezolanos seguirán entre la amenaza del Covid-19 y
la amenaza del hambre.
Y, antes de terminar,
quisiera aplaudir la iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), ente que ha avanzado en lograr un acuerdo sanitario y humanitario entre
Maduro y Juan Guaidó para que ambos reciban la ayuda que el organismo enviará
para socorrer a los venezolanos que lo necesitan. Es un paso en la dirección
que necesitamos en este momento.
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