miércoles, 10 de junio de 2020

Repunte / Por Antonio Barreto Sira #Opinion


Opinión-. Es sumamente preocupante como en las últimas semanas se ha registrado un repunte considerable de casos de Covid-19 en toda Venezuela. Este es un hecho que nos debe llamar a la reflexión a todos los venezolanos, más allá de distingo de pensamiento o colores políticos.

La salud de los venezolanos debe ser la prioridad, no como una frase vacía dicha para rellenar titulares o mensajes por las Redes Sociales, sino como un  real compromiso de quienes gobernamos, y de cada uno de los ciudadanos.

La flexibilización de la cuarentena, aunque era necesaria por la asfixia que sentían millones de hogares por la improductividad y la escasez de víveres, también ha sido un trampolín desde donde se impulsó el virus para abrirse camino en nuestra sociedad.

No me queda espacio para la duda, los venezolanos deben guardar el distanciamiento social y quedarse el mayor tiempo posible en sus casas para evitar el contagio del Coronavirus; sin embargo, esta medida debe estar acompañada por una real acción solidaria por parte del Estado.

Y no me refiero a las Cajas o Bolsas Clap que llegan una vez a la cuaresma, sino de una real política de apoyo a la población  aislada, para que no se vea en la obligación o en la necesidad de salir a la calle para buscar comida cuando sus neveras quedan vacías.

A Venezuela le urge un plan de asistencia social que abarque alimentos de calidad y de cantidad suficientes; a Venezuela le hace falta que el Estado garantice, en medio de la cuarentena y la pandemia, el apoyo a los ciudadano en materia alimentaria y de salud.

No basta con la comida, se debería hacer un censo para determinar e identificar a los pacientes hipertensos, diabéticos, renales, cardiópatas y más y hacerles llegar sus tratamientos a sus hogares. Por ejemplo: Hace unas semanas un enfermo renal falleció en una cola para surtir gasolina porque en ese momento quienes mantenían el control de las Estaciones de Servicios exigían la presencia del paciente en la cola, una medida inhumana y criminal.

Y, ¿cómo se podría materializar esta idea? Primero realizando un acuerdo con el sector privado, que el Estado establezca un medio de compra de alimentos y medicamentos a los productores y/o distribuidores de estos rubros y distribuirlo, no a través del carnet de la patria que no es un mecanismo amplio, sino a través de un Registro Único Nacional basado en la cédula de identidad de cada venezolano.

Esta es la única forma de hacer converger la salud pública con el bienestar individual de cada hogar venezolano. Si no se aplica éste método, que presento en estas líneas, o algún otro similar, entonces los venezolanos seguirán entre la amenaza del Covid-19 y la amenaza del hambre.

Y, antes de terminar, quisiera aplaudir la iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ente que ha avanzado en lograr un acuerdo sanitario y humanitario entre Maduro y Juan Guaidó para que ambos reciban la ayuda que el organismo enviará para socorrer a los venezolanos que lo necesitan. Es un paso en la dirección que necesitamos en este momento.

 

 

 

 

 

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