Opinión-. Las alianzas son una pieza fundamental en el desarrollo
de la ciudadanía y para la promoción de la formación del ciudadano en sus
derechos y deberes.
A pesar que el tema del
empoderamiento ciudadano no es nuevo, aún falta mucho por hacer para convertir
las tendencias de transparencia, colaboración, participación y contraloría en
aspectos forjados en las culturas de nuestras sociedades.
En aras de esto, desde foros
internacionales como la Organización de Naciones Unidas y la Organización de
Estados Americanos, entre otros, se impulsan programas de adiestramiento
ciudadano para sembrar en nuestros países las ideales de renovación
democrática.
Cada día nacen iniciativas para
construir en la mente de los pueblos del mundo, esencialmente en América
Latina, los principios democratizadores del Gobierno Abierto y de la
Transparencia en la administración pública, haciendo cada día más hincapié en
la contraloría social y el rol del ciudadano en las democracias del siglo XXI.
No obstante, las alianzas se
entablan entre los órganos internacionales y aquellas organizaciones
interesadas en la formación de un ciudadano más activo, más consciente de su
responsabilidad y más decidido a ejercer su papel dentro de sus países,
regiones y localidades.
Además, las alianzas no son
simples acciones con aquellos entes foráneos, también deben ser la cohesión de
voluntades internas, la unión de esfuerzos en aras de hacer respetar a los
ciudadanos, y a la vez de forjar en éstos los valores de la participación y la
cooperación.
El estado ideal de las cosas es
que los gobiernos locales se unan a los ciudadanos, cada quien respetando sus
espacios y facultades, y colaborando en alianza en la constitución de acciones
que generen cambios positivos para la ciudad.
Las alianzas deben ser
iniciativas, inclusive, entre los mismos vecinos. Y es que el poder ciudadano
no es una cuestión de individualidades o sectarismos grupales, sino son
impulsos de carácter colectivo que deberían incentivar la cooperación,
solidaridad y trabajo en equipo entre los pobladores de una determinada ciudad
o municipio.
El esfuerzo mancomunado ya sea
ciudadano-ciudadano; ciudadano-gobierno; ONG's-Entes Internacionales, es
fundamental y más en las etapas de consolidación de los ideales de la verdadera
democracia participativa con orientación solidaria, como se está desarrollando
en buena parte del mundo.
P.D: Un gobierno se fortalecerá
aún más aliándose con sus ciudadanos, generando canales de participación y
empoderando a sus vecinos; en la medida que los gobiernos sean más abiertos y
más transparentes se logrará la verdadera democracia que exigen los nuevos
tiempos y que optimizaran el modelo democrático como modo de vida y
organización social.
Por: María Alejandra Malaver (@malemalaver)
Miembro de la Directiva Nacional
del Colegio de Ingenieros de Venezuela
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