Por José Dionisio Solórzano
Cogito ergo sum-. Despojándome de cualquier fanatismo o posición
tendenciosa, a continuación trataré de analizar el caso del llamado
"Parra-Video" y el uso de las campañas de desprestigio en la política
venezolana.
Hace aproximadamente una semana,
se viralizó por las Redes Sociales un video del diputado Luis Parra contando
una fajita de billetes, supuestamente euros, en un baño público. La imagen
escandalizó a más de uno, y fue empleada para reforzar la matriz en contra de
este dirigente político.
Ahora bien, Parra contestó con
contundencia al indicar que «Ese dinero es el resultado de mi trabajo como
productor ganadero; y aquí todo el mundo – alguna vez en su vida – ha contado
dinero en un baño, eso no es pecado, ni delito; allá aquellos que cuentan balas
y muertos y aquellos que cuentan el dinero de la Ayuda Humanitaria que de
enbolsillaron y los dividendos de Citgo y Monómeros, los cuales son tantos que
no hay manos suficientes para contar tanto dinero».
De esta forma, el presidente de
la directiva de la Asamblea Nacional electa el pasado 5 de enero, respondió a
la publicación del video; Parra pateó el balón hasta los predios de Juan Guaidó
con aquello de «la Ayuda Humanitaria» y de «Citgo y Monómeros». Además, el
diputado fue inteligente al recordar que «jamás he administrado fondos de la
República».
Ahora bien, ¿por qué se difundió
el video? Pareciera lógico pensar que existe un factor que quiere evitar que
Parra resulte electo diputado en las elecciones del próximo 6 de diciembre y,
por tal motivo, lanzó el video justo cuando el candidato a la reelección
encabezó una concentración extraordinaria en el estado Yaracuy, la cual rompió
con los estádares de un candidato a diputado y elevó la apuesta como si fuese
un aspirante a la gobernación o, incluso, a la Presidencia de la República.
Sin ánimos de defender a unos o
atacar a otros, alejado de la intención de caer en la retórica de alacranes y
demás, es por lo menos curioso el hecho que se tratara de aguarle la fiesta a
Parra en un día donde el yaracuyano «botó la casa por la ventana».
Es – por lo menos curioso, lo repito – que se haga un gran escándalo por el video de Parra contando unos pocos billetes y no se acuerden cuando la señora Lilian Tintori fue encontrada con su marioneta repleta de billetes, contantes y sonantes, que sumaban 200 millones.
En lo personal creo que la
difusión del video y la respuesta dada no alterará el resultado regional, las
cosas seguirán por el mismo camino y con el mismo ritmo.
Si el objeto de la promoción del
video fue – como a todas luces pareciera – el de afectar el caudal de votos de
Parra en Yaracuy, creo que erraron en la táctica, y aunque el mismo sí causó un
impacto en la opinión nacional, no caló en el público que mañana – el 6 de
diciembre – votará en las parlamentarias.
En conclusión, hago votos por un
mayor nivel en el debate político, por el cese al sensacionalismo, amarillismo,
y la inmoralidad. El país necesita políticos con argumentos, con ideas, con
acciones y no intrigantes, chismosos de esquina e «Influencer» con almas de
«troll's».
P.D: Recuerdo el «Cuchi-Video»
que en su momento le sacaron al entonces alcalde de Lechería, Frank Díaz, quien
apareció masturbándose frente a un espejo. Aunque en ese caso sí le costó la
elección al burgomaestre – debido a su falta de estrategia comunicacional – no
es menos cierto que dejó en entredicho la moral de aquellos que tomaron una
grabación íntima para dañar la imagen pública de un oponente, afectando hasta
su núcleo familiar.
¡Para mí el guarapo dulce, el
café amargo y el chocolate espeso!
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