miércoles, 28 de septiembre de 2022

Responsabilidad compartida // Williams Caballero López

Muchos hablan de la necesidad de hacer todos los esfuerzos posibles para que la economía venezolana tengan un repunte o, por lo menos, un respiro en medio de tantos problemas.

En reiteradas ocasiones nos referimos a las acciones que debe tomar el gobierno como guía y/o conductor de la economía nacional, sin embargo ese mismo exhorto se lo debemos hacer a los empresarios venezolanos.

Pues, el empresariado también tiene que dar un paso al frente y dar lo mejor de sí para ayudar a la recuperación económica nacional, que, por consiguiente, traerá consigo mejoras directas para sus negocios e industrias.

El Estado debe tomar las acciones necesarias como la dolarización, la privatización de algunas empresas estatales y la generación de confianza para la inversión, y el sector privado debe reinvertir, mejorar y tomar consciencia de los reales índices de ganancias.

Por ejemplo, si hablamos del sector turístico los prestadores de servicios deben reinvertir en sus negocios, deben trabajar para cada día brindarle mejores servicios a sus clientes; optimizar y crecer para ser mejores.

Una situación que debe mejorarse – y pronto – es el tema de los equipos de aviación que operan en Venezuela. Las aerolíneas nacionales no puede seguir operando con aviones del siglo pasado, deben – solos o en cooperación con el Estado – renovar su flota.

Si el gobierno nacional debe hacer cambios urgentes, igualmente el sector privado debe hacer lo propio. La recuperación de la economía es una labor que nos involucra a todos. Que traerá consigo sacrificios y un esfuerzo cada vez mayor, pero vital para quienes queremos una Venezuela mejor.

Aquí no se trata de achacarle toda la culpa al Estado (que sí posee su cuota de responsabilidad), tampoco en acusar a los empresarios (quienes han sido víctimas y victimarios a la vez); aquí lo que se trata es de trabajar unidos por el bien de todos.

Acabemos con la economía ficticia, acabemos con la dolarización a medias; terminemos con la especulación y con la viveza criolla; demos un para’o a la holgazanería y hagamos del trabajo el método indispensable para que todos podamos surgir.

Dejemos la política a un lado y enfóquenos todos nuestros esfuerzos en lo económico.

No continuemos en debates interminables, en la proliferación de propagandas a favor y en contra de tendencias políticas. Centremos nuestra labor diaria a producir riquezas a través de nuestras acciones, emprendimientos y esfuerzos.

Venezuela no quiere más polémicas, y más peleas entre los venezolanos; lo que el país quiere y necesita es que todos empujemos la carreta de la economía hacia un futuro mejor.

Arreglemos al país con nuestra inventiva, con nuestra dedicación, con nuestro compromiso. Y luego decidan quien seguirá y quien no al frente del poder político.

¡Se tenía que decir y se dijo!

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