jueves, 15 de septiembre de 2022

Sentido común // Por Williams Caballero

Todo negocio se crea para obtener dividendos, de esto estamos claros; nadie invierte o trabaja para perder, sin embargo desde hace mucho tiempo observamos una cadena especulativa en todos los sectores de la vida económica nacional.

Vemos como algunos sectores quieren enriquecerse de la noche a la mañana, sin comprender que el crecimiento económico y la prosperidad no es cuestión de un parpadeo sino de la constancia de mucho tiempo de esfuerzo.

Por ejemplo, veo con asombro como se quiere impulsar el turismo nacional pero sobrevalorando los servicios turísticos en el país.

Hace unos días observé un paquete de viaje hacia la Isla de los Roques en prácticamente 600 dólares por persona.

¡Un total exabrupto! Tales precios no nos hacen competitivos frente a otros destinos del caribe por ejemplo Aruba, Curazao, Bonaire, Martinique, Dominicana y otros.

Incluso, esos precios exhorbitantes superan al costo de un paquete de viaje todo incluido a Cancún en México.

Es por ello que debemos llamar a la reflexión y al sentido común de los empresarios del área turística, pues con esta visión no lograremos impulsar el sector en Venezuela.

Por un lado se aplaude que se reanuden los vuelos entre Venezuela y Colombia, Venezuela y Rusia, entre el país y España ojalá que pase los mismos con Estados Unidos, no obstante no lograremos llenar los aviones de pasajeros extranjeros hacia la nación con esas tarifas grotescas y desequilibradas.

Es realmente necesario que se desarrolle una política turística coherente en el país,  no solo porque poseemos una tierra repleta de lugares que la humanidad merece apreciar y tener como legado, sino porque es vital para lograr la recuperación económica de Venezuela.

Sin embargo, será imposible si seguimos con la práctica desarticulada de ganar mucho en poco tiempo. Es necesario que retorne la cordura entre los empresarios del sector y entre los promotores del turismo nacional.

Ahora, este fenómeno no es exclusivo de la industria turística, pues desde hace mucho tiempo la especulación se apoderó de la economía nacional sobre todo en el área de los víveres donde observamos a más de un comerciante pretendiendo ganar un 200% sobre cualquiera de los rubros que comercializa.

No comprenden que este tipo de maniobras son insanas para la economía y generan mayor inestabilidad, que a la larga hará que el valor de su ganancia se esfume debido a la misma inflación que esta práctica produce.

Es decir, es cuerda para su pellejo.

Es momento de rectificar y de construir una economía sana, justa, balanceada donde la libertad comercial no sea pretexto para que se materialice lo que comúnmente llamamos la viveza criolla.

¡Se tenía que decir y se dijo!

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